El día de los santos es una celebración solemne de tradición cristiana. En el siglo IV, la costumbre entre los primeros cristianos es rendir un sentido homenaje a cada mártir el día de su fallecimiento. El 13 de mayo de 610, el papa Bonifacio IV consagra el Panteón romano al culto cristiano y decide unificar en ese día la conmemoración de todas las muertes por persecuciones a los cristianos.
Durante más de dos siglos, el día de los santos es el 13 de mayo. En el siglo IX, el papa Gregorio IV pasa a denominarla fiesta de Todos los Santos e instituye el día 1 de noviembre como el de su celebración. Con ese cambio sutil de nombre hace extensiva la conmemoración a todos los buenos cristianos fallecidos ya fueran santos reconocidos y canonizados o anónimos.
Este día está lleno de tradiciones generalizadas como la visita a los cementerios y llevar flores a los seres queridos fallecidos. También implica tradiciones locales y específicas que afectan a la gastronomía típica de ese día: castañadas, dulces como los panellets en Cataluña o los huesos de santo en el sur. Incluso hay quienes acostumbran a celebrar grandes fiestas como en México.
La importancia del duelo
La tradición de rendir homenaje a los muertos se remonta al Neolítico. Todas las antiguas civilizaciones poseen rituales solemnes de despedida y respeto hacia los seres queridos fallecidos.
Los rituales simbólicos de despedida permiten a las personas dolientes ver la pérdida de una forma más real. Eso facilitará el proceso de aceptación. Es el punto que señala en nuestra mente el inicio del duelo.
El hecho de que en ese día todo esté perfecto, como a la persona querida fallecida le hubiera gustado, nos proporcionará cierta paz en la etapa siguiente del proceso de pérdida. La labor de las funerarias en esos duros instantes es inestimable. En esos momentos tan difíciles, es difícil caer en todos los detalles que probablemente nos gustarían. Estas empresas se ocupan de todo para que sea perfecto sin olvidar todas esas cosas que lamentaríamos no tener.
Las funerarias, como la Funeraria La Serranía, además de los servicios de flores y enterramiento, incluyen servicios tan importantes para ese día tan especial como la adecuación, maquillaje, manicura y peinado de la persona fallecida. Esos detalles, aunque a priori parezcan pocos importantes, no lo son. Nos reconfortarán después. Para muchas personas suponen simbólicamente el último gesto hacia ese ser querido, como si continuaran preservando su intimidad presentándole en su última aparición pública adecentado y arreglado de la forma más natural posible.
Al margen de las creencias, ese simbolismo en las despedidas de nuestras personas significativas fallecidas, así como honrarlas en el día de los santos no son rituales tan importantes para ellos como para nosotros mismos.